Cada vez es más difícil "ser" con tanta gente y por eso nos estamos acostumbrando a comernos el techo de nuestra habitación. Hay que tener muy claro cuando Beret dice que hay momentos para todo, pero no todos van a estar para cualquier momento. Me duele que muchos de los que decían ser míos, me hayan abandonado en mis mejores momentos, porque eso remarca que en mis guerras también lo harán. Que nos cohibimos muchas veces por evitar un enfrentamiento, y eso, es lo peor que podemos hacer. Quien nos quiera, que nos quiera bien, te lo digo de corazón. Que no estoy haciendo política del sincericidio, pero duele el dejar de "ser" por demasiados porqués. Estamos creando un mundo de gente rota, y lo único que provoca es un atentado contra nuestra propia forma de ser. Te aseguro que la única persona que tiene que creer en ti eres tú, que importa una mierda lo que la gente opine de ti, porque "Lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que de Pedro". Tenemos que dejar cuidada nuestra jaula porque como vivamos de las opiniones que hacen de nosotros a lo largo de la vida, nos vamos a comer eso, una mierda. El camino difícil es el menos transitado y es por algo, porque hay muy poca gente atrevida para lo corta que es la vida. Siempre te digo que hagas lo que te de la gana, que no sabemos si será o no lo correcto, pero todo lo que hagas que sea porque así lo sientas. Que lo que pasó tenía que pasar para que pasase lo que está pasando. No quiero que salgamos corriendo con cualquier problema. Que el verbo correr lo quiero con pronombre y conmigo. Que no quiero ganar, que yo te quiero con ganas. Quiero que me cojas con las mismas que coges un fin de semana. Que muchas veces tenemos miedo a la inmensidad de lo posible, y claro, "a veces la vida nos pone delante una canción, una persona, un libro." Nos lo merecemos y no quiero que perdamos la oportunidad.