MIL INVIERNOS

A nadie miento si digo que soy más de invierno que de verano. Que el frío me lo quito con la ropa vistiéndome contigo. Los veranos sin ti, se hacen más inviernos, y eso que ya lo he probado, no lo quiero. A mí dame una taza de café, para beber lento, con la excusa para estar un poco más. Que para ser intenso, no hace falta ir rápido, y yo tengo mil inviernos guardados en mi nevera, para quemarlos contigo. Que siempre "buscaremos una excusa para vernos", como dicen los Despistaos, así que "mándame un mensaje y dime dónde puedo recogerte". Tan nosotros que somos de salvar el mundo con una jarra grande de cerveza fría. He venido a darte las ganas que dices que te faltan los lunes cuando te despiertas, y a restarte las excusas cuando dices que no puedes. Que estamos en una etapa donde se falla mucho más que se folla, y que triste este dato. Y eso no nos vale. Que no queremos un quizás, que aquí estamos para lanzarnos de cabeza, sin paracaídas, poniendo todas nuestras cartas y a nosotros sobre la mesa. Aquí estoy para decirte a centímetros lo que se puede oír a kilómetros. Quédate un invierno más.

MARTE

Tenemos la mala costumbre de hacer las cosas sin pensar, y que si pensamos lo hacemos de más. Que siempre nos quedamos con ganas de más rondas, con un mensaje en aquel último vaso de aquel bar. Con miles de besos lanzados a una diana. Somos un conjunto de instantes perdidos por ir con los ojos cerrados. Y a mí, no me vale eso de un quizás, que eso de sentir a medias no es lo mío. Que yo soy patrón de las causas perdidas. Que creo en los saltos si la hostia es buena, y vaya si lo ha sido. De mis hostias, tú eres mi favorita. Tú qué has comenzado a ser mi Marte, por ser la primera en darme amor, y la última en hacerme la guerra. O quizás he cambiado el orden de los verbos. Que contigo el mes de las cuestas es menos duro. Que los miedos me los como de una, como quiero contigo. Que los besos los damos con ganas, como las que ponemos cada noche de sábado en aquel bar, cuando suena Pereza o alguna de Amaral. Este Enero, que aunque viene frío, nosotros ya lo afrontamos preparados, juntos.

PECADOS COMPARTIDOS

Acabamos de empezar el año y ya tenemos una lista de objetivos por conseguir. Tenemos lugares por marcar en nuestro mapa de destinos conquistados, y una mochila preparada para un nuevo comienzo. Con un termo de café y sin mapa. Que el mes de las cuestas es menos duro contigo, porque nada ni nadie podrá derribarnos, si luchamos juntos. Que si me dices de venir, estaré listo siempre una hora antes. Que lo mejor del 2019 se resume si recibo un mensaje tuyo de ¿Quieres pasar conmigo el 2020? O quizás, recibas tu ese mensaje, a pesar de la sobrecarga de mensajes. Comienza un nuevo viaje, y tengo muy claro, que da igual que sea a la izquierda, a la derecha, arriba o abajo tuya. Tenemos una lista de pecados compartidos por cumplir. Solo espero que no salgamos perdiendo porque nunca se me ha dado bien perder, y eso que quizás ya debería estar acostumbrado. Si tenemos que perder, que sea el miedo a intentarlo. Que he venido a hacerte el invierno menos duro, menos frío. Que a veces nos complicamos demasiado, y lo único que necesitamos es alguien que nos traiga ganas y no excusas. Lanzando órdagos nadie me gana, y te diré que lo mejor para ti (o para mí) soy yo (o eres tú). Que este año bisiesto nos vamos a comer más. Vamos a recorrer cada uno de los centímetros de nuestros planetas. Brindemos por este año, como siempre, con copas y tú.