Ahora que no podemos volar libres amamos lo que antes pensábamos que sería eterno. Yo soy tan de viajar, de ir donde me apetece. De estar en un parque con los míos, lejos, pero sintiéndonos tan cerca. Que soy de aquellos que aceptan el plan antes de oírlo por completo, y eso, para bien o para mal, es lo mejor que podemos hacer. Deseo poder percibir ese frescor del chupito de jäger en el pub sonando Leiva de fondo. Pedir una ronda más a tu lado. Quiero dejarme la garganta contándonos la vida, aunque nos la sepamos como cualquier capítulo de los Simpson, pero que aún así, volvemos a ver cada vez que nos lo ponen. Vicios magníficos. Que quiero que veas que para mí siempre serán pocos los besos que me des. Que voy a tener toda mi vida, si me lo permites, para darte todos los que quieras y más. Que voy a dedicarte todo mi tiempo y más. Que quiero recorrer todo el mundo a tu lado y tu cuerpo también. Que te quiero cerca, pero sobre todo bien. Que no me imagino al lado de nadie más. Que te quiero como nunca antes, y me estás demostrando que tengo razón. Permíteme y enséñame a ser gato para poder vivir al límite cada una de mis siete vidas contigo. Estoy empezando a apreciar los viajes en el tiempo, cuando paseamos contándonos todo lo que nos ha sucedido. Hace tiempo dije que eras la niña de las tormentas, y hoy, quiero empezar a volar como tú, libre y donde me apetezca.
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