La primera y la última vez que hablaré de ti.
Tú, que nunca nadaste en mis lágrimas, nunca sabrás cómo me sentí.
Esa sensación fría de abandono,
Gritando en mi interior de miedoSin saber porque había recibido tal paliza.
Tú, que tenías la llave de mi corazón, decidiste abrir mi Caja de Pandora.
Arrasaste y quemaste todo lo que había construido durante años.
Dejándome solo, de nuevo, luchando contra mis miedos.
Dejando mis heridas a flor de piel.
Tú, que hiciste bien tu papel, me hiciste comprobar que el cordero también se viste de lobo.
Tú, que tenías cara de que contigo nada podía salir mal, salió.
Tú, que me tenías arrodillado, me disparaste a quemarropa.
Tú, que nunca te quedaste a dormir en mis entrañas, nunca sabrás lo qué es hacer el amor conmigo.
La irracionalidad que desata todas nuestras pasiones.
Un amor intenso y puro.
Tú, que nunca te mostraste como eras, nunca sabrás lo que podías haber sido conmigo siendo tú desde el principio.
Tú, que siempre supiste el daño que me ibas a causar, seguiste kamikaze.
Tú, que siempre supiste que no ibas a aparecer, aguantaste un round más.
Ese día tú fuiste la maestra y me enseñaste que mi Fénix seguía ardiendo en mí.
Tú, que siempre pensaste que estabas ganando, perdiste
Porque, aunque yo ese día no entendía nada, soy de acero inolvidable.