Estamos tan acostumbrados a arder, que un incendio no nos asusta. Que hemos visto como nuestra Roma era quemada una y otra vez. Que aquel que no vive en nuestra jaula no entenderá porqué aguantamos hasta llegar a la destrucción. Que hemos hecho de Roma nuestro infierno para arder juntos. Que por ti, he invertido todos los caminos que conducen a ella para cambiar su modo de hallarla. Buscamos un cambio de rumbo, invertirlo en nosotros, para poder crear la gran revolución de nuestra ciudad. Dejemos huella de lo ocurrido. Que al final el que no juega con fuego al final se hiela. Y yo, estoy aquí para hacer de ti mi Roma, para que ardas conmigo. Demostrarte que han perdido batallas con nosotros pero que juntos, tú y yo, ganaremos la guerra. Esta guerra llamada Amor, con epicentro en Roma, ya sea por su grandeza o por sus ruinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario