Solo quedan los vestigios de su naufragio. Ese que sucede cada 19 días y 500 noches como diría Sabina. Que de mis ruinas saque cicatrices cual cuaderno de bitácora. Mapas de historias condenadas al naufragio. Yo que he sido de ir a contracorriente sé lo que es un mar embravecido. Que no existen pastillas ni cantidades de ron que acaben con este dolor. Un dolor producido por Calypso, quizás por el amor que le prometía o por la maldición de hacerlo.
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