martes, 25 de febrero de 2020

lunes, 17 de febrero de 2020

PROBABILIDAD


Por estadística hace más daño el miedo a equivocarnos que el hecho de intentarlo y arriesgar. Que somos más de intensidad que de cantidad. Que yo no quiero que me quieras mucho, que yo prefiero que lo hagas bien. Que estés conmigo en la trinchera, compartiendo munición, disparando ganas. Que como dice Beret "yo prefiero antes la herida que la piel". Que este desastre es tuyo. Un cuerpo curtido en mil batallas, deseando una más (contigo). Mi cabeza está en Vietnam, donde se hace el amor de verdad. Sufriendo el monzón a tu lado, bailando bajo la lluvia. Yves Saint Laurent en mi cuello y tú, comiéndome los labios sin parar. Será nuestro paraíso y nuestra zona de guerra. Guerra que empecé a ganar el día que te conocí. Porque yo reconozco, que luchar es un arte que vale la pena, y más, si en  la meta estás tú. Que quiero que todos los verbos que acaben en "arte" conjuguen contigo. Que he luchado tantas veces como he sufrido. Y grábatelo bien, porque ahí fuera, nadie es igual que yo.


sábado, 15 de febrero de 2020

UTOPÍA


Dónde consideramos que está el límite entre la verdad y la mentira, si somos capaces de engañarnos (a nosotros) por una utopía que nos daña. Que en el fondo de nuestros abrazos dejamos un mensaje, con eso de que "cada uno se engaña con la mentira que más le gusta". Que el bien y el mal de nuestras acciones no las dirige el Karma, que esa excusa ya la tenemos muy machacada, que nuestras acciones recaen en nosotros. Que no podemos culpar a la piedra de lo que nos pasa por gilipollas (por decimocuarta vez). Que nos hemos hecho amantes del precipicio, y lo demostramos, dejando el paracaídas cada vez que salimos. Que ya sabes que yo no soy fanático del quizás, de estar en medio, que a mí o blanco o negro. Que no sé eso de sentir a medias. O fuego o hielo.  Que cada sábado salgo con la intención de quemarme en un nuevo infierno, para llenar mi espalda de tatuajes y arañazos. Estamos en una etapa influenciada por el amor de garrafón, aquel que nos encontramos en cualquiera de las esquinas de nuestra ciudad, en forma de historia de instagram. Esa que dijimos hacer nuestra, y que lo único que nos trae son mañanas de ibuprofeno. Solemos olvidar que la línea fina que separa nuestro bien y nuestro mal, es tan fina, que al final nos abandonamos a nosotros, de quiénes somos, y por eso, nos fallamos. Así que vamos a querernos bien, con ganas, que el resto ya vendrá. 

domingo, 2 de febrero de 2020

CICATRICES


Nadie es como tú y ese es tu poder. Tú que rompes con la rutina con un "Quedamos" y mi sed a tragos. Que has nacido para conseguir todo aquello que te propongas. Tú acostumbrada a que te echen a los leones y a liderar la manada. Que te pasas el día saltando por los pasos de cebra, y por eso, dices que eres la reina de las rayadas. Que curas las heridas con tequila y sal. Que lo que tuvo que pasar pasó y que no conseguirlo, no es sinónimo de desastre, que para desastre, todo aquello que no se ha intentado por miedo a fracasar. Más vale un corazón con cicatrices, que uno pulcro que da lecciones. Que detrás de esa gran sonrisa pícara, hay una historia de guerra, y yo que estoy acostumbrado a ella, se diferenciar que la has sacado a base de desastres, de hostias y de mentiras. Kamikaze del amor de contrabando, arriesgando tu cuello por una nueva desilusión. Que nos pasamos la vida imaginando para sacar toda la magia que contiene esa palabra, porque muerto el `pero´ comienza esta. Eres el lugar perfecto al que ir cuando necesitamos estar con alguien, en silencio, porque muchas veces no necesitamos un consejo, simplemente alguien que nos escuche mientras nos abrimos. Yo siempre te digo que solo quiero que me conozcas bien, como las canciones de tu grupo favorito. Demostrar que es fácil besar en París, cuando todo va bien, pero aquí buscamos alguien que nos ame en Vietnam, cuando el Vietcong, en forma de problemas, viene a por nosotros. Somos uno contra ellos, y por eso quizás, tenemos el corazón demasiado tiempo en el taller. Y allí, lo dejamos cada fin de semana para añadir un nuevo tatuaje, una nueva cicatriz. Y quizás, yo tengo tantas, como ganas de verte (a ti).